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Trump redefine alianzas con gigantes tecnológicos

En una movida inesperada, la administración Trump ha decidido terminar una serie de contratos millonarios con empresas líderes en consultoría y servicios tecnológicos. Este enfoque busca ahorrar considerablemente en gastos públicos, mientras se reconsideran rutas para la gestión de recursos gubernamentales.

Esta medida ha generado un debate entre las firmas afectadas y plantea preguntas sobre el futuro de estas colaboraciones.

El Pentágono toma medidas con empresas tecnológicas

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó cancelar contratos de servicios informáticos valorados en 5.100 millones de dólares. Empresas prominentes como Accenture y Deloitte están entre las afectadas. Hegseth argumentó que estos contratos eran un gasto superfluo, ya que el personal del Pentágono podría realizar dichas tareas. Estima que la medida permitirá un ahorro cercano a los 4.000 millones de dólares.

Este movimiento busca eliminar “gastos innecesarios”, una acción alineada con el objetivo de optimizar el uso de recursos internos en los servicios gubernamentales. La cancelación ha generado tanto críticas como apoyos dentro y fuera del sector tecnológico.

Elon Musk y su influencia en cambios gubernamentales

El empresario Elon Musk ha influido en la reestructuración del gobierno, sugiriendo al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) un potencial ahorro de hasta 150.000 millones para el año fiscal 2026. Musk proyecta que se podría descubrir hasta un billón de dólares en eficiencia.

En eventos recientes, Trump ha elogiado a Musk por sus contribuciones, resaltando que su apoyo no tiene motivaciones personales. Trump compartió historias sobre la compra de un coche eléctrico de Musk, que realizó sin descuentos, en un acto de admiración hacia su labor.

Conflictos arancelarios y opiniones de Musk

A pesar de la cordial relación, Musk ha expresado desacuerdos con las políticas arancelarias de Trump. Según reportes, ha intentado convencer al presidente de retirar restricciones a socios comerciales de EE.UU., aunque no ha tenido éxito.

Esta combinación de decisiones financieras y tensiones políticas está transformando las interacciones entre el sector público y privado en Estados Unidos. Las consecuencias de estos cambios, tanto en el ámbito económico como en el empresarial, son seguidas de cerca por diversas partes interesadas.