Ha pasado un siglo desde que una frase pronunciada por un joven de 23 años cambió para siempre el fútbol en Chile. En un momento tumultuoso, dentro del Club Magallanes, se dieron los primeros pasos hacia la creación de Colo Colo.
Lo que comenzó como un desacuerdo en una asamblea se transformó en un movimiento que revolucionó el balompié nacional, colocando a Colo Colo en el corazón de esta transformación histórica.
La rebelión de Arellano
El 4 de abril de 1925, en una asamblea crucial del Club Magallanes, David Arellano expresó una sentencia histórica: “Vámonos Quiñones, que jueguen los viejos”. En un contexto de cambios, la reunión buscaba elegir a un nuevo capitán. Sin embargo, solo los inscritos antes de 1924 podían votar, excluyendo a los jóvenes liderados por Arellano, quienes ansiaban modernizar el fútbol chileno.
Julio Frías fue elegido capitán, aunque no contaba con el respaldo total del equipo. La frustración invadió al grupo de disidentes. Arellano, junto a Juan Quiñones y otros compañeros, decidió abandonar la reunión, buscando un cambio radical.
El Quitapenas y una nueva visión
El grupo se dirigió al bar Quitapenas, donde reflexionaron sobre lo acontecido. Surgió entonces la idea de fundar un nuevo club, impulsado por valores de seriedad y compromiso.
Así, el 19 de abril de 1925, Colo Colo Football Club nació, simbolizando un enfoque renovado en el fútbol. Sus colores, blanco y negro, representaban la pureza y firmeza de sus ideales. La fundación de Colo Colo se convirtió en el inicio de una era, estableciendo al club como el más exitoso de Chile.
El legado de Arellano
David Arellano no solo fue un precursor; se transformó en el símbolo de esta revolución. Su liderazgo inspiró a una generación que cambió el fútbol chileno. La fundación de Colo Colo sigue siendo un testimonio del coraje de un grupo de jóvenes decididos a transformar su pasión en una visión concreta.
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